Con el fin de acompañar a las religiosas de la Congregación de Jesús que hoy hacen misión en los países afectados por la guerra entre Rusia y Ucrania, distintas comunidades religiosas de todo el mundo se unieron a ellas a través de una reunión por la plataforma Zoom.
En el encuentro, la Hna. Paulina (que hoy vive en Chequia) dijo que “ahora estamos recibiendo a la gente que huye. Lamentablemente hemos detectado casos de trata de mujeres básicamente a través de engaños. La guerra no empezó ahora, en este mes. Ya desde el 2014 ya estábamos en guerra en Ucrania. Hemos oído sobre muchos casos de trata de mujeres”.
“Han sido bonitas algunas oraciones que llegan hasta nosotras de aquellos lugares de guerra. Los soldados nos mandan mensajes diciendo que están confiados en nuestras oraciones. Han dicho que incluso las balas están desviadas gracias a las oraciones de todo el mundo. no se sienten abandonados, sienten la presencia de Dios en aquellos lugares”, indicó.
La hermana Paulina dice que, al no vivir en el lugar de la guerra, no se han sentido los efectos. No obstante, las conmueve la cantidad de refugiados. Durante estas semanas, las religiosas han estado atendiendo a los niños, enseñándoles el idioma. Tenemos que dejar nuestros trabajos y misiones y estar disponibles para ayudar”, añadió.
Todas las comunidades que participaron realizaron preguntas a las religiosas, desde puntos como Brasil, Argentina y Chile. Carola Villalobos fue la representante de Chile y Chillán en el encuentro. La también sostenedora del Instituto Santa María, precisó que “es muy doloroso lo que nos cuentan. Acá en las noticias vemos con dolor y sufrimiento cómo se destruyen las casas y como los niños cargan armas. Nosotros que trabajamos en colegios, no nos imaginamos cómo es ver niños afligidos con sus padres o dejando a sus padres. Nuestra oración está con ustedes”.
La hermana Paulina dijo sobre el tema que “cerca de la frontera con Ucrania, la ciudad tiene un centro en el que atiende niños. Hace poco nos dijeron las hermanas que vienen muchas madres con sus niños, pero no solo con los suyos cogen niños de otras familias y vienen a nuestra comunidad para ser atendidos. Ya sabemos que los niños han tenido que abandonar a sus padres. También es verdad que hay niños que se quedan en sus casas con sus abuelos, porque los padres se van a la guerra. Los niños a partir de los 16 años tienen que estar disponibles para ir a la guerra”, explicó.
La actividad finalizó con una oración de la Familia Amerindia y María Ward para pedir por la paz en Rusia y Ucrania.