Las religiosas de la Congregación de Jesús realizan misión no solo en nuestro país, sino que en varios continentes. Un grupo de ellas se encuentra actualmente en la zona de conflicto en Ucrania y durante estos días de guerra se han dedicado a tareas como donar sangre para los heridos, además de hacer contención entre quienes pasan las horas de bombardeo dentro de los refugios.
Según cuentan desde el generalato de la Congregación de Jesús, hay hermanas de la CJ que trabajan en tres lugares de Ucrania, todos fundados desde la caída del comunismo. Dos están cerca de la frontera eslovaca y la tercera está en la capital, Kiev.
En tiempos sin guerra, las hermanas se dedican al trabajo pastoral y a la enseñanza de la religión. En todas las comunidades el ministerio principal es el trabajo social.
Desde Chillán, enviamos todo nuestro amor y cariño a la labor que desempeñan haciendo votos para que este conflicto tenga un pronto final.